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Los propietarios y operadores de activos se enfrentan a una compleja gama de retos que están impulsando la necesidad de un cambio transformador. Los activos de los operadores de redes son cada vez más una mezcla de lo nuevo y lo viejo, que requiere planteamientos polifacéticos para su explotación, supervisión y mantenimiento.
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El cumplimiento de unos requisitos normativos y de seguridad cada vez más estrictos, al tiempo que se mantiene la inversión necesaria para seguir el ritmo de los programas vitales de transformación digital, está añadiendo más presión a los gestores de activos y a los presupuestos.
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El enfoque de gestión avanzada del ciclo de vida de los activos de ��ѻ��ý abarca toda la cadena de valor, desde el desarrollo del proyecto, la adquisición y construcción, la puesta en servicio, la explotación y el mantenimiento, hasta el desmantelamiento sostenible y el reciclaje.
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Despliega una cartera completa de servicios e intervenciones, con análisis de datos, IoT e IA que optimizan el ciclo de vida de los activos, mejorando la fiabilidad, reduciendo los costes de mantenimiento y, a menudo, ampliando la vida productiva del activo, retrasando los costes de sustitución y los trastornos.

La tecnología de contadores inteligentes ha cambiado la fisonomía del sector de los servicios públicos, eliminando o reduciendo las lecturas manuales de los contadores, mejorando las capacidades de datos por intervalos y permitiendo la comunicación bidireccional entre las compañías eléctricas y los consumidores.
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Aunque estas capacidades fueron pioneras en el momento de su implantación, muchos componentes de primera generación carecen ahora de la madurez digital y tecnológica necesaria para afrontar adecuadamente los retos del panorama empresarial actual.
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Next-Gen AMI de ��ѻ��ý ayuda a las empresas de servicios públicos a diseñar y construir un sistema integrado con los últimos contadores inteligentes para hogares y empresas, aplicaciones de comunicaciones y tecnologías de gestión de datos. Combinadas, aportan valor a las empresas de servicios públicos y a sus grupos de interés al permitir nuevos servicios innovadores y mejorar el rendimiento, la resistencia, la seguridad y la rentabilidad.

La transformación de la red comienza con la modernización de las subestaciones. La subestación inteligente actual actúa como un centro de conversión, facilitando el intercambio de energía sin fricciones entre una amplia variedad de activos y consumidores, y da prioridad a la generación y el consumo de fuentes de energía limpias.
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Las subestaciones inteligentes «aplanan la red» permitiendo un flujo multidireccional para gestionar sin problemas la oferta y la demanda en toda la red, incluidas las cargas variables y las fuentes de generación grandes y pequeñas, como la nuclear, el vapor, la solar, la eólica, la EV, las baterías y los sistemas de almacenamiento.
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También prolongan la vida de los activos y equipos existentes manteniendo la tensión y la frecuencia dentro de límites aceptables y gestionando el calentamiento excesivo de los transformadores durante el flujo inverso de energía.
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La implantación de sistemas de control definidos por software para empresas de servicios públicos permite digitalizar los sistemas de automatización, protección y control, así como realizar un mantenimiento predictivo más inteligente y análisis de borde. Estos tipos de sistemas de control ayudan a reducir el riesgo de fallos de hardware y mejoran la seguridad, la fiabilidad y la capacidad de gestión.

Las empresas de servicios públicos están experimentando un tsunami de datos, con un enorme aumento de las fuentes y volúmenes de datos, cada vez más datos en tiempo real y mayores requisitos para mantener todos los datos, incluidos los históricos, seguros y fácilmente accesibles. Los datos están impulsando la evolución de las redes inteligentes a gran escala, pero ¿cuál es la arquitectura adecuada para capturar, almacenar y explotar los datos contenidos en los ecosistemas de red actuales?
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En las redes inteligentes actuales, los datos de IoT se utilizan para optimizar el CAPEX y las inversiones en la modernización de la red inteligente, mientras que la inteligencia artificial ayuda a obtener valor de los datos de red existentes y a reducir el OPEX.
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La combinación de datos e inteligencia artificial impulsa nuevos modelos de negocio basados en datos para permitir la transición del consumidor al prosumidor. El intercambio de datos favorece la colaboración en el ecosistema y añade transparencia para garantizar el cumplimiento de la normativa.